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CADA QUIEN MORIRÁ POR SU LADO

Autor: Paolo Sergio González Mercado

CADA QUIEN MORIRÁ POR SU LADO

Collage: Nayelli Arley

Te levantarás con la prisa de todos tus días,

tu preocupación de tener agua caliente te hará ganarle al despertador,

te sentarás en la orilla de la cama y contemplarás tu librero desbordado de palabras y títulos que nunca leerás,

enseguida te sacudirás el cabello y tomarás la toalla con mis iniciales bordadas ya tachadas con hilo rojo.

caminarás arrastrando los pies y mi rastro irá desapareciendo mientras caminas,

cerrarás la puerta del baño con seguro y comenzarás a despojarte los restos de la noche,

te cepillarás los dientes mientras el agua fría escapa por la coladera despreciada por tu piel rosada,

te metes a la regadera hasta que el vapor de agua descubre poco a poco un te amo en el espejo que mi dedo escribió todavía ayer.

el agua acariciará tu piel y quizá, no sé, recordarás mis manos que ayer fueron ríos corriendo sobre las grietas de tu piel.

te gusta el agua caliente y soñarás mientras el agua juguetea con los rizos de tu pelo.

cierras la llave y musitas improperios propios de tu prisa y envuelves tu pelo en una toalla y despojas a tu cuerpo del agua.

cubrirás todos los rincones de tu cuerpo con alguna crema que promete resanar cualquier herida.

la prisa, tu prisa ya no tiene tiempo de recordar a mis manos que entre suspiro y suspiro cubrían todos tus poros por donde respiraba mi ternura.

te cubrirás con ropas de colores que antes eran el brillo de mis ojos en los tuyos,

no soportarás los tacones ni nada que asfixie tus pies pequeños y redondos como dos mundos siguiendo tu sombra.

correrás por los pasillos de la casa, nuestra casa, juntando todos los secretos que llenan tu bolsa infinita.

mezclarás semillas y granos que han quedado olvidados en la alacena, pondrás hielo, vainilla y canela, la licuadora a toda velocidad le recordará a tu prisa que el amanecer esta a punto de llegar,

correrás y las llaves jugarán con tu prisa, abrirás la puerta trasera del carro nuevo, pondrás todo en el piso, encenderás el carro y esperarás que el semáforo sea tu aliado.

las pestañas recobrarán su firmeza en cada semáforo y quizá, no sé, entre multitudes de prisas, pensarás en mi voz que apenas ayer era tu melodía preferida.

te sobrarán diez semáforos que sabrás llenar antes de llegar a tu oficina,

el sol se irá muriendo en tus ojos que apenas ayer eran mi amanecer.

tu prisa se perderá entre papeles y palabras que viven presas e impresas en tu refugio de concreto,

el mar de miradas indiferentes en sus escritorios te ahogara y quizá, no sé, recordaras mis ojos acariciando tus dedos de las manos que se extendían como raíces buscando el manantial que era para ti,

caminarás sobre las flores de la vieja jacaranda y voltearás a la acera de enfrente como buscando lo perdido y quizá, no sé, te acordarás de mis manos apretando las tuyas cuando el fantasma del fracaso nos abrazó,

dirás adiós a la rutina y volverás por el mismo camino que tus ojos aprendieron mientras escuchabas al futuro soñar,

abrirás la puerta y el caos de la mañana te recibirá, botarás los tacones y tus pies redondos respirarán mientras tú sentada en el sillón miras los defectos de tus ojos que un pintor no supo mirar y quizá, no sé, recordarás mis defectos, tus defectos,

dormirás y soñarás y quizá, no sé, pensarás que morirás antes que yo,

pero morirás por tu lado y quizá, no sé, recuerdes que mi corazón ya murió ayer.

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